Cuatro meses de protestas sin bloquear calles

Cuatro meses sin cortes de calles: Los efectos de nuevas medidas en las manifestaciones

Se cumplen cuatro meses sin cortes de calles por piquetes, tras la implementación de nuevas políticas que han modificado la intermediación en las protestas. 

Las autoridades destacan que estas medidas han contribuido a reducir las interrupciones en la vía pública

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Cambios en las protestas: Manifestaciones sin cortes de calle

Desde el cambio de gobierno, las protestas piqueteras en la calle han experimentado una transformación significativa. Aunque las manifestaciones continúan, ya no interrumpen el tránsito, ya que las marchas se realizan sin cortar calles. Incluso Eduardo Belliboni, dirigente social, realiza sus reclamos desde la vereda frente al Ministerio de Capital Humano, en la Ciudad de Buenos Aires.

Además, la participación en estas movilizaciones ha disminuido considerablemente. 

Las nuevas medidas establecidas han llevado a un cambio en la forma de manifestarse, lo que ha impactado en la dinámica de las protestas sin afectar la libre circulación.

Dirigentes sociales han señalado que la sociedad ahora exige mayor responsabilidad a los movimientos, y reconocen un nuevo orden en las manifestaciones públicas. 

Al mismo tiempo, desde el Ministerio de Seguridad se informó sobre un protocolo que regula las protestas, garantizando su desarrollo sin la interrupción del tránsito, sin impedir el derecho a la protesta, pero sugiriendo alternativas como marchar por la vereda o reunirse en plazas.

Protocolo para manifestaciones

¿Cómo funciona la medida implementada por el Gobierno?

El protocolo para regular las manifestaciones en la vía pública fue una de las primeras acciones implementadas por el gobierno de Javier Milei para gestionar las protestas organizadas por movimientos sociales. 

Como parte de esta política, también se habilitó la Línea 134, donde los beneficiarios de planes sociales pueden reportar situaciones de presunta presión para participar en movilizaciones.

En un esfuerzo complementario, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, implementó una serie de auditorías que revelaron irregularidades en la distribución de alimentos destinados a sectores vulnerables. Estas investigaciones mostraron que solo el 7% de los alimentos distribuidos habían sido correctamente rendidos.

Pettovello eliminó la tercerización en la entrega de alimentos, optando por una distribución directa mediante la tarjeta Alimentar Comunidad. Asimismo, reestructuró la gestión de estas ayudas, desplazando a varios dirigentes que anteriormente ocupaban cargos en el extinto Ministerio de Desarrollo Social.