¡Los mejores consejos para decidirse!
Todo aquel que compre un coche nuevo, tendrá que hacerse esta pregunta en algún momento:
¿Prefiero cambio manual o automático?
Las transmisiones automáticas han evolucionado muchísimo en los últimos años. Ahora son más rápidas, inteligentes y eficientes.
Anteriormente eran lentas, muy pesadas, incrementaban mucho el gasto de combustible, reducían notablemente las prestaciones del motor y su funcionamiento dejaba mucho que desear.
Tampoco eran todo lo suaves que deberían a la hora de maniobrar o al arrancar en cuestas. Es por ello que a finales de los 90 solo se equipaban en vehículos grandes y potentes. Generalmente en modelos de alta gama. Al menos en Europa, pues en otros mercados, como el americano, está mucho más popularizado.
Gracias a la electrónica y a la búsqueda del perfeccionamiento se han podido pulir muchos detalles. Con la electrónica se pueden tener en cuenta muchos parámetros y la forma en que estamos conduciendo. De este modo, se han podido hacer más inteligentes, sabiendo el momento oportuno para subir o bajar una relación.
Por otro lado, también es cierto que los costes de desarrollo y producción se han reducido mucho.
Esto ha permitido llevar las cajas de cambio automáticas, robotizadas y de doble embrague a modelos más económicos y que muestren un comportamiento satisfactorio para los clientes. Siguen siendo más caros que los modelos idénticos con transmisión manual, pero la diferencia de precio no es tan grande.
Si estamos acostumbrados al cambio manual y nunca hemos conducido un coche automático puede que no nos percatemos. Pero si tenemos un coche automático y conducimos uno con cambio manual, siempre echamos de menos la transmisión automática cuando nos toca un largo atasco o circular por calles estrechas, con mucho tráfico y en grandes pendientes.
¿En qué es mejor cada tipo de transmisión?
No es un tipo de cambio sea mejor que otro, sino que cada uno tiene unos aspectos en los que supera al otro. Veamos:
Caja de cambios manual
Ventajas
1. Son más batatos
He aquí el principal argumento para la popularidad de las transmisiones manuales.
Tienen un menor coste de fabricación, lo que se convierte en un elemento decisivo a la hora de tomar la decisión de compra.
2. Tienen el comportamiento que el conductor quiera darle
Una vez el conductor ha cogido el tacto del embrague, el coche se comportará de la manera que él quiera. Las decisiones de cuándo y cómo cambiar de marchas, a qué revoluciones, o cómo utilizar la caja de cambios para aprovechar el freno motor serán única y exclusivamente decisión de quien esté detrás del volante.
3. Mayor precisión
No nos referimos a cuándo cambiar de marcha, que eso lo hará de manera autónoma una caja de cambios automática. La precisión, entendida como el control milimétrico que podemos darle al coche con la regulación del pedal izquierdo, es muy superior en un manual. Las maniobras a punta de gas, en pendiente o especialmente anticipando los cambios (o evitándolos) a través de la experiencia sólo se pueden conseguir con un manual.
4. Aportan un plus místico a la conducción.
La conexión entre el ser humano y el coche mediante la actuación sobre los engranajes de la caja de cambios, ahí reside el mayor encanto de los manuales y su defensa a ultranza de los aficionados al motor. Será por eso que los coches aspiracionales siguen confiando en las transmisiones de tres pedales, aunque esto también está cambiando.
Inconvenientes
1. El cambio manual está abocado a la extinción
La irrupción de los coches eléctricos y la conducción autónoma son una sentencia clara para las cajas de cambio de tres pedales. Salvo contadas excepciones, las motorizaciones eléctricas carecen de marchas y todo coche que se plantee incorporar cualquier nivel de conducción autónoma obliga a su fabricante a utilizar una caja de cambios automática.
2. Son más incómodas
El mayor inconveniente de las transmisiones manuales es la necesidad de estar siempre pendiente de lo que ocurre con el motor. Por suerte la mayoría de conductores lo tienen tan asimilado que los cambios de marchas se convierten en algo instintivo, pero hay situaciones como atascos o maniobras complejas en los que el pie izquierdo acaba pidiendo un descanso.
3. Son más susceptibles a las averías
Por su estructura de construcción pero sobre todo por el uso incorrecto, los embragues de las transmisiones manuales tienen una mayor probabilidad de pasar por el taller.
Sí, sus reparaciones por lo general son menos costosas, pero seguro que alguna vez has olido a embrague o sabes de alguien que se ha quedado sin embrague por hacer un uso excesivo
1. Son más cómodas
No hay discusión en lo que respecta al funcionamiento en el día a día.
Las transmisiones automáticas son infinitamente más agradables de utilizar, sobre todo si somos conductores que una gran parte del tiempo la pasamos en ciudad o, directamente, en atasco.
La ausencia del tercer pedal y de la palanca de cambios nos permite centrarnos únicamente en acelerar, frenar y dirigir el volante mientras el pie izquierdo descansa.
2. Se asocian a más y mejor tecnología
Como mencionábamos antes, existen una serie de tecnologías de ayuda a la conducción que miran fijamente a la conducción autónoma, pero requieren una transmisión automática para funcionar. Es el caso de los controles de velocidad inteligentes con función de parada y arranque o los sistemas de frenada de emergencia automática.
3. Cada vez son mejores
Históricamente hemos criticado a las transmisiones automáticas por su funcionamiento plano, por no tener alma. Antes sí era cierto, con el comportamiento aburrido y soso del típico convertidor de par. Ahora la técnica ha evolucionado lo suficiente como para que las cajas de cambios de doble embrague o incluso las modernas de convertidor de par aproximen su funcionamiento enormemente al de un conductor humano.
4. Cada vez están más extendidos
Hasta hace unos años una caja de cambios automática se asociaba con un tipo de coche de un perfil de lujo o con ciertas aspiraciones premium.
En la actualidad prácticamente todos los compactos se ofrecen con cajas de cambios automáticas en opción y no sólo para las motorizaciones más potentes de la gama.
Su popularidad está creciendo a medida que su funcionamiento se refina, hasta el punto que es realmente complicado encontrar deportivos potentes o superdeportivos con transmisiones manuales.
5. Suelen tener modo manual.
Si lo que quieres es mantener el control del cambio de marchas, no te preocupes.
La gran mayoría de las cajas de cambio automáticas disponen:
- Un modo M (manual) o
- Un modo S (secuencial) con el que decidir cuándo insertar una marcha más o menos a través de la palanca o de las levas situadas tras el volante.
Inconvenientes
1. Mantenimiento más caro
Pese a que sus periodos de mantenimiento son más espaciados (sobre todo las de convertidor de par), las cajas de cambio automáticas suben la factura cuando tienen que pasar por el taller.
Tienen más piezas móviles y mucha más electrónica, lo que incrementa el coste de reparación.
2. Mayor consumo
Las transmisiones automáticas, de media, consumen algo más que las manuales.
Esta cifra poco a poco se va aproximando gracias al avance de la técnica e incluso en las transmisiones DSG de Volkswagen se anuncian consumos inferiores gracias a un empuje más continuo, sin interrupciones de empuje entre marchas.
3. Menos sensaciones
Aunque las cajas de cambio automáticas son mucho mejores de lo que eran hace unos años y aunque dispongan de modo manual, siguen siendo menos emocionales que el vínculo que se crea con el embrague y la palanca de toda la vida.
El tacto es filtrado y en ocasiones un poco lento, lo que hace que se pierda parte del aspecto personal de la conducción.
Fuente Motor pasión, Actualidad motor
1 Comentarios
La caja automática es un viaje de Ida, una vez que usaste una no volves jamás a la caja manual. Son muy buenas, inteligentes, se adaptan al manejo (Ej: si pisas el acelerador a fondo te hace los cambios a mas revoluciones), además esta la opción de pasarla a manual (incluso con levas al volante) que en mi opinión, no tiene mucho sentido.
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