Buenos hábitos para acabar con el embrague roto
El embrague es un elemento bastante caro de reparar si se estropea o acaba su vida útil.
Por lo tanto es bueno desde un principio saber cómo prolongar su vida y ahorrarnos una reparación costosa.
El embrague es un elemento considerado de desgaste, por lo tanto en la mayorÃa de ocasiones la garantÃa no nos cubrirá su reparación.
A continuación te presentamos los 5 consejos para acabar con el embrague roto y qué hacer para evitarlos.
1. Apretar el embrague hasta el fondo al cambiar la marcha
Es uno de los hábitos que hace que todo el mecanismo de embrague y transmisión sufran en exceso cuando cambiamos de marcha.
Al no apretar hasta el fondo el pedal de embrague lo que provocamos es que el movimiento del motor y la caja de cambios no se desacoplen del todo ocasionando esfuerzos y tensiones muy grandes en los componentes.
Por lo tanto es muy importante colocar el asiento correctamente y ver si llegamos bien cuando apretamos el embrague hasta el tope.
En ocasiones la simple alfombrla puede provocar que el embrague acabe roto.
¡Hay que vigilar que la alfombra no este entre el tope y el pedal de embrague!
2. No apoyar el pie en el pedal de embrague mientras se conduce
Este es otro de los hábitos más perjudiciales para el embrague de nuestro coche.
Puede parecer una tonterÃa pero sin darnos cuenta podemos destrozar el embrague en cuestión de unos pocos de miles de kilómetros.
En casi todos los coches hay un espacio para apoyar el pie izquierdo y debemos de utilizarlo para eso. No utilizar el pedal para descansar nuestro pie.
Al tener el pie apoyado, aunque sea muy poco, es más que suficiente para que el disco de embrague y su cojinete de desembrague salgan de su zona de trabajo. Con ello su desgaste aumenta considerablemente.
Es uno de los hábitos que más acorta la vida del embrague y para evitarlo se debe de presionar el pedal únicamente cuando cambiamos de marcha.
Una vez que hemos cambiado de marcha el pie lo dejaremos en el espacio del reposapiés.
Si vamos a ver un coche antes de comprarlo un truco muy bueno es pedir al propietario conductor que nos dé una pequeña vuelta. De esta manera podremos fijarnos en sus hábitos y hacernos una idea de cuál es el trato que ha recibido el embrague en este caso.
3. No mantener el embrague pisado durante las detenciones
Aunque no sea el hábito más dañino para el embrague de nuestro coche, el hecho de mantener pisado el pedal durante las detenciones origina un estrés innecesario para todo el mecanismo.
El embrague está diseñado para trabajar en el mayor tiempo posible embragado “con el pedal sin apretar”. Por lo tanto, cuando lo mantenemos accionado estamos haciendo que trabaje mucho tiempo en condiciones que no ha sido pensado.
Lo ideal cuando nos paramos en un semáforo o estamos detenidos es poner punto muerto y soltar el embrague. De esta manera todo el sistema se relaja y no se produce ningún tipo de estrés en el mecanismo de embrague.
4. Controlar el punto de embrague
Todos hemos aprendido a conducir y nos hemos enfrentado a ese problema como es el salir con el coche en una pendiente.
En este tipo de situación aprendemos a coordinar nuestros dos pies para que el coche salga suave y sin calarse. Es importante que salga suave pero sin demasiada fricción ni revoluciones altas.
Aprender el recorrido del pedal de embrague es vital para que su vida útil sea lo más larga posible. La finalidad es hacer arrancar el coche con la máxima suavidad y mÃnimas revoluciones, si notamos esto significa que los estamos haciendo bien.
En coches diésel para maniobrar no es necesario darle al acelerador, en cambio en coches a gasolina al tener el par motor muy bajo sà que hace falta.
5. No sueltes el pedal demasiado rápido
Por la misma razón que no pisar a fondo el pedal para cambiar de marcha es dañino para nuestro embrague, soltarlo demasiado rápido, o hacerlo de manera desacompasada con nuestro movimiento de mano derecha sobre la palanca de cambios, genera un estrés y fricciones innecesarias en el embrague.
Fuente Diario motor, Needcarhelp
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