No utilice el celular ni otros aparatos que causan distracción y tensión al conducir.
La telefonÃa celular, que constituye una herramienta muy útil en la comunicación actual, resulta sin embargo un problema serio mientras se conduce.
Según un relevamiento de Luchemos por la Vida, el 17,2% de los conductores usa el teléfono mientras maneja. Son cerca de 240.000 personas en la Ciudad para noviembre del 2020.
Muchos más que en septiembre del 2014. En ese momento, alcanzaba al 10,8% del total. En septiembre de 2007, cometÃa esta infracción apenas el 4,1%.
La cantidad de accidentes causados por personas que hablan por teléfono mientras conducen, está creciendo en todo el mundo.
La atención que demanda la comunicación telefónica, distrae al conductor y la tensión que puede provocar el contenido de la llamada perturba su tarea de conducir, con la consecuente producción de demoras o errores en las acciones.
Y esto no se soluciona con un teléfono “manos libres”.
La cuestión es tener la “mente libre” de cualquier otra preocupación que no sea la conducción.
Por ello, la ley de tránsito prohÃbe su uso durante la conducción.
Según diversos estudios, el uso del teléfono móvil es un factor que multiplica por cuatro el riesgo de sufrir accidentes.
Mientras se habla por teléfono, aunque sea manos libres, se pierde la capacidad de concentración necesaria para conducir:
- No se mantiene una velocidad constante,
- La distancia de seguridad no es suficiente con el vehÃculo que circula delante y
- El tiempo de reacción aumenta considerablemente entre medio y dos segundos, dependiendo del conductor.
- No percibe el 40% de las señales,
- Su velocidad media baja un 12%,
- El ritmo cardÃaco se acelera bruscamente durante la llamada y
- Se tarda más en reaccionar”.
- Además, la peligrosidad por el uso inadecuado del mismo puede llegar a ser equiparable a la conducción con exceso de alcohol.
- Desconecte su celular mientras conduce.
- Su seguridad está antes que cualquier llamada.
Tampoco con "las manos libres"
Hace años que la ciencia estudia las importantes limitaciones que nuestro cerebro tiene para realizar dos tareas que demanden atención al mismo tiempo. En ese trabajo de investigación, los profesionales han probado cuán peligroso es conducir mientras se habla o mensajea por celular, aún con el sistema de manos libres. Un estudio realizado en la Universidad de Carnegie Mellon, Estados Unidos, sostiene que la actividad cerebral del lóbulo occipital (encargado de la visión) y del lóbulo parietal (responsable de recibir los estÃmulos sensoriales) se ven reducidas hasta un 37% cuando se habla por teléfono, pudiendo provocar una "ceguera por desatención", con riesgos para el conductor y terceros. Ergo, aunque no se usen las manos, la atención dista de ser completa.
El peligro también está en el peatón
En el caso del tránsito urbano, al peligro de los conductores con celular se le agrega, por si hiciera falta, las distracciones de los peatones. Luchemos por la Vida efectuó un trabajo al respecto. "Recientes investigaciones internacionales han concluido que caminar hablando por teléfono celular es muy riesgoso ya que las personas observadas despliegan comportamientos tales como cruzar más despacio, sin mirar al tránsito circundante, y no esperar a que los vehÃculos se detengan para comenzar a cruzar, en una proporción muchÃsimo mayor que los no usuarios de celular. Para los peatones el problema real principal parece ser la distracción, asà como les sucede a los conductores. Y en el tránsito caótico de nuestro paÃs, este nuevo hábito compartido por peatones y conductores no hace más que empeorar la seguridad de todos en la vÃa pública", expresó dicha asociación luego de evaluar a 3126 personas y ratificar aquellas investigaciones. En 2018 se produjo un 35% de incremento en la muerte de peatones, siendo además el 44% de los fallecidos en siniestros viales.
A modo de resumen, la ANSV, por su parte, afirma: "En sintonÃa con la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la ONU: el uso del celular al volante (con o sin manos libres) puede interferir en las capacidades del conductor de varias formas: cognitiva (la conversación desvÃa el foco de la atención del conductor), visual (puede implicar quitar la mirada del camino para, por ejemplo, escribir un mensaje de texto), auditiva (cuando el volumen impide recibir estÃmulos externos, como el sonido del sistema de emergencias) y hasta fÃsica (cuando implica quitar al menos una de las manos del volante).
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